miércoles, 10 de diciembre de 2008






Adultos mayores lideraron noches de baile en Ñuñoa




Con la asistencia de más de un centenar de personas durante tres días, se celebró en Plaza Ñuñoa el Segundo Festival de Primavera con música, disfraces, y buen humor. Todo auspiciado por la Municipalidad de Ñuñoa, demostrando una vez más que la comuna es líder en eventos culturales.

Desde el viernes en Plaza Ñuñoa hay un gran escenario con luces, dos pistas de baile y música, porque desde el 2006 Ñuñoa tiene su Festival de Primavera auspiciado por la municipalidad y la Casa de la Cultura. El espéctaculo de este año “ha sido todo un éxito. La comuna se ha puesto con todo y la gente ha enganchado súper bien, especialmente los del Centro: adultos mayores de edad” cuenta María Inés Ruiz, periodista y conductora del evento. La celebración dura tres días en los que los adultos mayores son los que lideran el evento. Hay concursos de baile, presentaciones de tango y bandas en vivo para acompañar a los concursantes.
El viernes 21 de noviembre fue el primer día. La vestimenta y música estuvieron inspiradas en los locos años 20 y su característico ritmo: el Charleston acompañado de Louis Armstrong. El sábado se conmemoró a Frank Sinatra y los años 40. El tango argentino también estuvo presente. Y el último día, el rock and roll y la nueva ola fue lo que hizo bailar a los participantes. De fondo se escuchaban ritmos musicales de la época que hicieron aflorar en más de un anciano sentimientos nostálgicos y disimulados ojos brillosos evocando el pasado.
Ahora es domingo, son las 19 hrs. Es la final del concurso. Las categorías a premiar son mejor traje, caracterización y baile. De fondo se escucha Ricardo Barrios, el guitarrista de la banda que toca para el cierre del festival. Cuenta que el público ha reaccionado muy bien y que han sido bastante participativos.
Lucila Godoy, presume sobre su renombrada tocaya, fue la ganadora del año anterior en el vals grupal. Este año no está con expectativas de ganar. “Los hombres dejaron de participar en estos eventos, por lo que somos muchas las que estamos sin pareja. Pero igual nos arreglamos y venimos para acá por si acaso. ¿Quién sabe si uno de los del centro mayor se anima?”. La única respuesta que Lucila recibe es la de amiga que está sentada al lado y no para de observar a su alrededor buscando pareja, “no te preocupes, que yo voy a encontrar a un par de viejos por ahí”.

Los colores desbordan a las ancianas ñuñoínas. Hay bailarinas de tango, algunas jóvenes y otras mayores, de vals, de rock and roll. Y un hombre disfrazado de Pedro Picapiedra, listo y dispuesto para mostrar sus aturdidos pasos en la pista de baile. “Algunas compramos o arrendamos nuestros trajes, y otras como yo los hacemos a mano. Nos estamos preparando hace tiempo con nuestra profesora del centro y estos son eventos memorables para el año”, señala Purísima Meyer, participante de la final. La mayoría de las mujeres participantes, carentes de pareja para el baile, son las que demuestran más signos de preocupación, pero no por eso se dejan de sentar en primera fila con sus atuendos perfectamente arreglados.
Para que todo esto funcione se necesita una preparación previa de los adultos mayores. La encargada de esto en el Departamento del Adulto Mayor de Ñuñoa, auspiciado por la Municipalidad, es Raquel Kinderman, profesora de baile. “Están todos los del centro muy emocionados, y estoy hace dos años preparando rutinas y entrenando con ellos. Algunos han tenido que aprender de cero, y lo han logrado. Pero para otros ha sido muy fácil, especialmente los bailes clásicos como el vals o La Cumparsita”.
El show comienza, y todos miran hacia el escenario embelesados con algunas actuaciones de los ancianos. Sofía Valdés es una joven vecina de Ñuñoa que acompañó a su abuela al Festival. “Estoy orgullosa que sea activa y capaz de pararse frente a todo este público, a bailar disfrazada. Yo creo que ni yo lo podría hacer”. DBF

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