jueves, 11 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008







La Ñuñohue de ayer

Indígenas, españoles, colonos y chilenos. Este es el orden de llegada de las diversas culturas a Ñuñohue. Así lo llamaron en mapudungún, el lugar de las flores amarillas. Porque precisamente ahí, era el sector de la zona central donde abundaban.

Viernes, domingo y lunes

Domingo en la tarde. Los niños juegan en Plaza Ñuñoa. A la misma hora está un vagabundo con su perro, dormidos en una banca al frente de los columpios. Los niños y sus padres pasan por al lado de ellos, gritando y jugando, pero el vagabundo está muy cansado y nada interrumpe su apacible siesta. Cien metros más allá, una compañía teatral presenta su obra. Algunos en zancos; otros, con máscaras color turquesa con narices de Pinocchio y corean; “Rotos, maleducados, flacos, mal paridos sin educación”. Son alumnos de la Universidad Católica, que están en el escenario de la esquina norte de Plaza Ñuñoa en la que presentan su nueva creación teatral. La obra relata la visión estudiantil post Revolución Pingüina. Entre público hay gente de todas las edades. Algunos gritan y ríen, otros miran y se maravillan ante el arte colorido y dinámico que los estudiantes de teatro presentan. Andrés Vargas es uno de los actores, y señala que “para actuar en la plaza la municipalidad no hace problemas, este lugar y la comuna en general apoyan y fomentan proyectos artísticos. A diferencia de otras, como Santiago, donde hay mucho público, pero las autoridades restringen los espectáculos por miedo al desorden y el ruido. Ñuñoa en ese sentido es abierto con la comunidad artística, y están concientes de que proyectos como el nuestro u otras manifestaciones creativas, son necesarias para el desarrollo y el buen vivir de la comuna”.En 1952 durante el gobierno de Alessandri se inauguraron los proyectos para la donación de la Biblioteca Municipal y la Casa de la Cultura de Ñuñoa, centros que funcionan actualmente. Los ñuñoínos pueden ser socios de la biblioteca y acceder a diferentes panoramas. Plaza Ñuñoa desde los 80 ha sido un centro de actividades culturales. Se organizan diversas actividades, tales como teatro y cine al aire libre, festivales de jazz y concursos literarios. Hoy se presenta la décima Feria del Libro de Ñuñoa, a la que han acudido treinta mil personas hasta ahora. Lunes en la mañana. El ruido molesto que hay es de micros y autos, algunos bocinazos también. Hay trabajadores caminando, y algunos estudiantes fumándose el “cigarrito de la mañana”. Alrededor de Plaza Ñuñoa hay colegios municipales, subvencionados y particulares. El más emblemático es el Manuel de Salas a cargo de la Universidad de Santiago. Cuentan los estudiantes que “Entre los colegios se tienen mala, porque son todos muy diferentes”. mechasLa mayoría de los locales que rodean Plaza Ñuñoa están cerrados en la mañana, salvo por uno, el más antiguo; “Las Lanzas”. Don Mario es el dueño, un español de más de 80 años que tiene unos mechones de pelo canoso, una boina azul, una catarata en el ojo izquierdo y también una memoria infalible, a tal nivel que es capaz de recordar cada detalle. Situaciones tales como la llegada de su familia en 1964 a Ñuñoa para instalar el restaurante. “Al principio era sólo el negocio de mi familia, y lentamente se fue avivando la cotaneidad de Plaza Ñuñoa con la instalación de otros locales y el desarrollo de actividades diurnas y nocturnas”. Don Mario, parafrasea a Antonio Machado; “Caminante se hace camino al andar”, en honor a sus ancestros, al legado de “Las Lanzas” y al apego de los clientes habituales que ya son parte del lugar. A pesar de los 44 años que el bar/restaurant lleva instaurado en la plaza, nunca ha dejado de ser el más concurrido.Viernes en la noche. El Club de Jazz está abierto y están entrando parejas de treinta y cuarenta años. “La Batuta”, sede del rock chileno desde 1989 también está abierta, hay una extensa y ansiosab fila en la entrada. Tres botillerías están iluminadas y al frente de una de ellas un punky de la casa Okupa que está a tres cuadras pide plata para comprarse un cigarro. En otra esquina un grupo de universitarios entra al bar de “las piscolas a luca”, otros van a la Fuente Suiza a comer un churrasco con palta, tomate y mayonesa. Algunos entran al teatro de la Universidad Católica y otros se sientan en una banca de la plaza. Una pareja entra al bar “El Amor Nunca Muere”, que tiene todas las paredes rayadas con declaraciones amorosas para el fugaz amor juvenil de turno, o para el marido fiel y enamorado desde hace veinte años. En la cúpula de la plaza hay una mendiga de pelo café, desgreñado. Se cubre con plásticos, diarios y restos de frazadas. Es la señora Juanita, oriunda del lugar. En otra esquina un hombre vende sus poesías, desde el alma. La música, las luces y los ruidos de voces fiesteras son comunes los fines de semanas.





De Ñuñohue al reino con castillos

A fines del siglo XIX, Ñuñoa contaba con “seis molinos, una curtiembre, dos fábricas de hielo, una cervecería y una panadería, además de un incipiente sector residencial de Providencia”. Así describe Pedro Sabat, actual alcalde de la comuna, los comienzos de la consolidación de Ñuñoa hacia el título de “comuna”, en su libro: “Las Huellas del tiempo, historia de Ñuñoa”. En 1890 Ñuñoa abarcaba los sectores de La Condes, San Carlos de Apoquindo, Ñuñoa, Providencia, Santa Rosa, Llano de Subercaseaux y Mineral de Las Condes. La comuna y sus habitantes dependían administrativamente de Santiago.Tras la guerra civil de 1891, se promulgó la ley de Organización y Atribuciones de las Municipalidades, denominada como la ley de la Comuna Autónoma. La idea legal provino de Manuel José Irarrázabal, siguiendo el modelo suizo para descentralizar la administración. El 22 de diciembre de 1891 se firma el decreto que acredita a la Ñuñoa que se conoce hoy como comuna. En 1900 llega el agua potable a la comuna y en 1910 el alumbrado público.En Ñuñoa se encuentran y se conservan castillos y casonas antiguas. Como el castillo en el que está el Liceo Experimental Manuel de Salas o las antiguas casonas en las que residen familias que las han heredado. Pero la urbanización y el crecimiento demográfico han afectado al movimiento inmobiliario, se han demolido casonas que son consideradas como “patrimonio” para algunos vecinos del sector. Todo esto con el fin de construir edificios y así hacer espacio en Ñuñoa para los nuevos habitantes, como también para aumentar las ganancias municipales.Ángel Carcavilla es un vecino de Ñuñoa que rechaza la improvisada urbanización. Esto lo da a conocer en una carta dirigida a Pedro Sabat: “…tengo seis grúas sobre mi cabeza, el polvo de las retroexcavadoras apenas me deja respirar y el ruido incesante de las hormigoneras despachando miles de toneladas de cemento, arena y escombros no me deja dormir a pata suelta, como me gusta. Donde había casas con encantadores patios de más de mil metros, llenos de árboles, se están construyendo algunos de los 45 nuevos edificios autorizados por su municipalidad. Sí, Pedro, 45, que además traerán 10 mil nuevos vecinos, miles de autos y, me imagino, muchísimo dinero para las arcas de la comuna. ¿Le pagan las inmobiliarias? Porque les ha dado demasiadas facilidades para que hagan su negocio; es decir, son ellas las que están rediseñando la comuna a su antojo, quitándole la novelesca identidad que siempre la caracterizó, haciéndola igual a cualquier parte de Santiago. Por el contrario, los vecinos sólo recibimos un trato vejatorio, las constructoras nos amenazan veladamente si no vendemos, y el dinero que ofrecen no alcanza para comprar algo similar en otra parte. Lo más ridículo de todo esto es que las inmobiliarias usan como gancho para sus ventas la vida tranquila, las calles arboladas; en fin, la identidad de barrio que ellos mismos están demoliendo.”Ñuñoa, la comuna santiaguina con mejor calidad de vida según un estudio destinado a conocer y medir las condiciones de habitabilidad de las comunas de la Región Metropolitana, realizado por el Gobierno a través de la Secretaría Regional Metropolitana de Planificación, es sede de diversidad cultural. De ayer y hoy. DBF

Las secuelas de la calle

La señora Juanita se aferra a las barandas de una banca en Plaza Ñuñoa cada vez que las voces invaden su cabeza, lo hace para no tirarse a la calle, o destruirse, como ella cuenta. Las voces se asemejan a una en particular: la de su madre, que acecha sus decisiones desde los 14 años, edad en que la obligó a casarse con un hombre maltratador y autor de las dificultades que experimenta hoy.


Ella
La señora Juana, de ojos almendrados, en forma y color. De piel blanca, buen habla y pelo rubio con un moño alocado, sujeto por un pañuelo de colores. Es adicta a la Coca-Cola, por eso guarda monedas del día anterior para comprarse una cada mañana, y luego sentarse en una banca de Plaza Ñuñoa a esperar, que pase el día. Que pasen las horas, que pase la alergia de septiembre que hace que la piel de su cara le pique y no pare de rascarse. Espera que los nudos y la amargura que el dolor de las situaciones de los años han dejado en su piel y cicatrices se desvanezcan con el viento. Anhela poder llorar algún día, ha intentado alienar el dolor de su vida, pero sigue ahí, rígido cruel e inmóvil, inerte a los esfuerzos para extirparlo de su vida. Al parecer “La Rusia” se resignó ante el dolor y la pena.Durante el matrimonio, Juanita se dio cuenta de la condición homosexual de su marido. Años pasaron hasta que lo vio con su pareja en una pieza y decidió quemarlos. Roció con parafina la habitación y prendió fuego, las víctimas alcanzaron a escapar y a la autora del incendio la internaron en la comunidad terapéutica Manresa del Hogar de Cristo. Dos veces ha estado en ese lugar por sus profundas depresiones acompañadas de rasgos bipolares y paranoides. “Algunas veces tengo que pedirle a los que están cerca que se callen, porque o si no las voces las voy sintiendo más fuertes, me dicen que no soy buena para nada, que soy mala y que no tengo que estar aquí”. La mujer abre sus ojos cuando dice esto y se levanta las mangas de su chaleco para mostrar las heridas, cosidas con hilo negro de pescar. Son las secuelas que han dejado las voces.


Su historia
Tiene 4 hijos de 15, 18, 20 y 25 años. Dos están en la cárcel, por robo con intimidación. Uno es traficante y el otro consumidor de pasta base. Ella siempre los recuerda, pero deja en claro que cada uno eligió su camino. Todos fueron al colegio, por temporadas, porque a veces a su madre le bajaban épocas de locura y llevaba a sus hijos a vivir a un cerro en Peñalolen. Pero hace 12 años que habita en las calles de Santiago, vivió un tiempo con su madre, pero optó por dejarla, ya que no aguantó las presiones y maltratos sicológicos de ella y de sus hermanos. Sus únicos confidentes, su padre y su hermano, murieron hace uno y ocho años. Se sintió muy sola en la casa y por eso prefirió la calle, ahí encontró el apoyo que necesitaba. “Cuando Juliet, mi hija menor tenía tres años y yo deambulaba con ella, mis compañeros le construyeron una cunita de cartón y lata por fuera”. Hoy Juliet está en la cárcel. Con los años, fue conociendo a personajes que la acompañaron en sus travesías callejeras. Con ellos grita, bosteza y habla. Los AmigosCarlos es su compañero de colchón. Se encarga del lavado de autos en la calle Doctor Johow, porque cada uno en la Plaza tiene su territorio. “Algunos días salen autos para el lavado, ahí podemos comer, sino a esperar que los otros compartan no más. Pero cuando tenemos nosotros y ellos no, también les damos”. Así pasan los días de Juanita o “La Rusia” como la llama su amigo más cercano.La “Comando Flower”. Le dice así porque siempre está dispuesta a repartir su alegría, es otra amiga cercana que vive en un edificio frente a la Plaza y la única que conversa con ella sus problemas. Baja algunos días a ver a Juanita para intercambiar experiencias y desahogarse por algunos instantes. Más que amigas, son confidentes. Ambas se ayudan.Fernando González es risueño. Sus ojos verdes brillan y chispean, orgullosos porque lo hayan nombrado así antes de que el medallista olímpico de Beijing 2008. Trabaja y vive a ratos en Plaza Ñuñoa. Eso lo hace 32 años y asegura que es el más antiguo. A Juanita la conoce hace un año, y a veces no la deja dormir por las peleas que tiene con sus hijos en la plaza. Pero ella lo escucha y sabe que es un buen amigo para confiar.


Problemas de la calle


Cuando hay peleas los carabineros despiertan a “La Rusia”. Con el pasar de las noches le han tomado cariño. La protegen y le dicen que tenga un palo para protegerse en la noche por si pasa algo en la cúpula dónde ella vive y comparte con otros mendigos. Cada uno tiene su esquina dentro del lugar, y se respeta el espacio, aunque todas las noches lleguen nuevos compañeros a buscar alojamiento en algún rincón oscuro.Si bien los carabineros sacan multas por habitar y pernoctar en la vía pública, a los que lo hacen en Plaza Ñuñoa les tienen paciencia. Porque los conocen, y saben que no hacen grandes problemas y que sacarlos por unos días sería imposible ya que de todas maneras volverán. Para ellos es su casa, su lugar.Los habitantes de la cúpula ñuñoína son conocidos y respetados por todo el barrio. Porque están al tanto de todas los movimientos y actividades que se desarrollan en la Plaza y sus alrededores. “La semana pasada vinieron los actores del teatro de la Católica, para pedirme que mis compañeros y yo desalojáramos por unas horas nuestra cúpula porque iban a presentar una obra. Yo no tengo problemas en que la usen para eso también, por eso vamos a sacar los colchones y las frazadas y los vamos a esconder detrás de las bancas para que se vea ordenado por lo menos”.A veces las palabras se le escapan, sin querer. “Pero igual hace escándalo cuando quiere, se enoja con los que la discriminan, la miran mal o los que la buscan, porque si la buscan la van a encontrar”, relatan Mónica y Marta, las vendedoras de la plaza que están todo el día ahí, al igual que “La Rusia”.Juanita toca su pelo, a veces, con algunas finas trenzas que lo decoran. No habla con la gente de la plaza, aunque ella está sentada ahí todo el día en el mismo lugar. Un perro Coker Spaniel color miel de no más de un año, la acompaña hace unas semanas. Fue un regalo de uno de los mendigos que llegan en la noche. Lo hizo para subirle el ánimo porque la vio muy bajoneada. “La Rusia” no ha estado muy feliz los últimos días, ya que fue a una de las visitas a la cárcel para ver a su hija. Pero se encontró con su ex-marido y su nueva pareja homosexual. Le impactó y se fue a recostar por varios días, no se podía levantar.La gente del Hogar de Cristo va una vez a la semana a visitarlos a Plaza Ñuñoa, les llevan comida y asistencia médica. A Juanita la ayuda un psicólogo, que le dice que quizás deberá internarse otra vez. Ella quiere hacerlo, porque está consciente de que las voces que escucha las crea ella en su cabeza y tiene pánico de volverse esquizofrénica. Asegura que no ha llegado a ese punto todavía. DBF
Herencia Política: Desafección juvenil

La percepción juvenil sobre la política ha cambiado en los últimos 30 años. El desinterés por parte de los jóvenes respecto de la política, por los malos líderes o la pérdida de credibilidad en los partidos políticos. En todos los casos son razones por las que ellos se desinteresan, algunos por ignorancia y otros porque dejaron de confiar.

Si bien en los registros electorales se muestra la apatía de los jóvenes hacia el sistema, los candidatos a concejal y alcalde no dicen lo mismo. “Es una pena que no haya mayoría juvenil en la política. Gladis Marín fue disuada a los 25 años y antes de la dictadura, era común que los jóvenes participaran en política. Ahora no quieren, porque está tan fome y desgastada. Pero yo me siento comprometida y capaz, al igual que otros candidatos que se encuentran en mi situación” dice Natalia Sobrazo vestida con un overol naranjo, símbolo de que su campaña quiere barrer con los otros candidatos. Tiene una sonrisa apacible pero esperanzadora. A sus 23 años es candidata a alcaldesa de Ñuñoa, la más joven de Chile. Corre por el Pacto Juntos Podemos. Estudió en dos de los colegios más renombrados de Ñuñoa: el Liceo Experimental Manuel de Salas y el Liceo Eduardo Frei Montalvo. Se tituló de comunicadora audiovisual en el Instituto Arcos, en el que formó el primer centro de alumnos relacionado con el Juntos Podemos, el mismo que el año pasado la nombró encargada de la secretaría juvenil. Natalia pertenece al grupo de jóvenes que tienen cargos tienen relevantes cargos políticos, pero esa tendencia está en baja. Las encuestas en América Latina muestran que la juventud percibe al sistema de partidos políticos como alejados de sus demandas e incomprometidos por una mayor igualdad.

Testimonio

Felipe Goretta es un ejemplo de desencanto. Estudia Derecho y es ex militante de Chile Primero y comenzó a inmiscuirse en la política a los 18 años. Define a sus pares como creativos, pero le cuesta entender el porqué de la marginación política de chicos en los partidos, a sabiendas que la juventud es el porcentaje mayoritario que no está inscrito en partidos políticos ni en los registros electorales. “Los jóvenes tienen miedo del sistema político corroído. La imagen que Chile Primero trató de cambiar esa imagen, pero al final, actuó como cualquier otro partido. Nos usaron para crear una imagen y se nos prometió que nuestras ideas tendrían espacio, lo tuvimos, pero sólo por una mera propaganda política. La palabra de nosotros siempre se va a ver disminuida en las instituciones” cuenta Felipe. Él es de la idea de que el nicho que todos los partidos políticos debieran rescatar es el de la juventud.María José Luarte, cientista política de la Universidad del Desarrollo piensa que “los jóvenes ya están aburridos de tener una política concertacionista hace 16 años. Escuchan los mismos discursos año tras año, y en vez de tener una oposición fuerte, sólo cumple el rol de aportillar los proyectos sin dar soluciones efectivas”. Para esta cientista los jóvenes son “carne fresca” y una buena iniciativa para la política, pero carecen de espacio en ella por el pánico civil al cambio. Por el apego a lo tradicional.

Cifras

El Instituto Libertad y Desarrollo demostró a través de un estudio de este año, que existe una crisis de credibilidad por parte de los jóvenes chilenos respecto de las instituciones tradicionales especialmente por el aumento de casos de corrupción. También les cuesta conceptuar que el voto puede llegar a ser un instrumento real de cambio. Tomando en cuenta estadísticas del Servicio Electoral, en 1988 los inscritos eran 2,5 millones. En 1996 la cifra disminuyó a 1 millón 800 mil. En el 2004 eran 700 mil y actualmente la cifra no supera los 500 mil.El desarrollo y motivación para la participación se une también con el fomento de la educación cívica. El problema según María José es que en Chile la educación es más instructiva que formativa, por lo que más que hacer que se entienda el funcionamiento político, sólo enseña cómo votar, pero no la importancia de involucrarse con el gobierno. “Sufragamos sin entender nada, y ese es un vacío que existe en el país”. Todo esto se refleja en las cifras; Chile es un país con escasa participación política en relación al mundo a Iberoamérica, sólo el 7% de los jóvenes entre 18 y 24 años es votante según la Organización Iberoamericana de Juventud. DBF





Adultos mayores lideraron noches de baile en Ñuñoa




Con la asistencia de más de un centenar de personas durante tres días, se celebró en Plaza Ñuñoa el Segundo Festival de Primavera con música, disfraces, y buen humor. Todo auspiciado por la Municipalidad de Ñuñoa, demostrando una vez más que la comuna es líder en eventos culturales.

Desde el viernes en Plaza Ñuñoa hay un gran escenario con luces, dos pistas de baile y música, porque desde el 2006 Ñuñoa tiene su Festival de Primavera auspiciado por la municipalidad y la Casa de la Cultura. El espéctaculo de este año “ha sido todo un éxito. La comuna se ha puesto con todo y la gente ha enganchado súper bien, especialmente los del Centro: adultos mayores de edad” cuenta María Inés Ruiz, periodista y conductora del evento. La celebración dura tres días en los que los adultos mayores son los que lideran el evento. Hay concursos de baile, presentaciones de tango y bandas en vivo para acompañar a los concursantes.
El viernes 21 de noviembre fue el primer día. La vestimenta y música estuvieron inspiradas en los locos años 20 y su característico ritmo: el Charleston acompañado de Louis Armstrong. El sábado se conmemoró a Frank Sinatra y los años 40. El tango argentino también estuvo presente. Y el último día, el rock and roll y la nueva ola fue lo que hizo bailar a los participantes. De fondo se escuchaban ritmos musicales de la época que hicieron aflorar en más de un anciano sentimientos nostálgicos y disimulados ojos brillosos evocando el pasado.
Ahora es domingo, son las 19 hrs. Es la final del concurso. Las categorías a premiar son mejor traje, caracterización y baile. De fondo se escucha Ricardo Barrios, el guitarrista de la banda que toca para el cierre del festival. Cuenta que el público ha reaccionado muy bien y que han sido bastante participativos.
Lucila Godoy, presume sobre su renombrada tocaya, fue la ganadora del año anterior en el vals grupal. Este año no está con expectativas de ganar. “Los hombres dejaron de participar en estos eventos, por lo que somos muchas las que estamos sin pareja. Pero igual nos arreglamos y venimos para acá por si acaso. ¿Quién sabe si uno de los del centro mayor se anima?”. La única respuesta que Lucila recibe es la de amiga que está sentada al lado y no para de observar a su alrededor buscando pareja, “no te preocupes, que yo voy a encontrar a un par de viejos por ahí”.

Los colores desbordan a las ancianas ñuñoínas. Hay bailarinas de tango, algunas jóvenes y otras mayores, de vals, de rock and roll. Y un hombre disfrazado de Pedro Picapiedra, listo y dispuesto para mostrar sus aturdidos pasos en la pista de baile. “Algunas compramos o arrendamos nuestros trajes, y otras como yo los hacemos a mano. Nos estamos preparando hace tiempo con nuestra profesora del centro y estos son eventos memorables para el año”, señala Purísima Meyer, participante de la final. La mayoría de las mujeres participantes, carentes de pareja para el baile, son las que demuestran más signos de preocupación, pero no por eso se dejan de sentar en primera fila con sus atuendos perfectamente arreglados.
Para que todo esto funcione se necesita una preparación previa de los adultos mayores. La encargada de esto en el Departamento del Adulto Mayor de Ñuñoa, auspiciado por la Municipalidad, es Raquel Kinderman, profesora de baile. “Están todos los del centro muy emocionados, y estoy hace dos años preparando rutinas y entrenando con ellos. Algunos han tenido que aprender de cero, y lo han logrado. Pero para otros ha sido muy fácil, especialmente los bailes clásicos como el vals o La Cumparsita”.
El show comienza, y todos miran hacia el escenario embelesados con algunas actuaciones de los ancianos. Sofía Valdés es una joven vecina de Ñuñoa que acompañó a su abuela al Festival. “Estoy orgullosa que sea activa y capaz de pararse frente a todo este público, a bailar disfrazada. Yo creo que ni yo lo podría hacer”. DBF

Plaza Ñuñoa


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